EL FUEGO DEL DRAGON
BOLETIN MENSUAL DE OVNILOGIA
Nº 100 – Diciembre de 2006
Editado por Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
"El Dragón Invisible"
http://dragoninvisible.com.ar/
Se permite la reproducción parcial o total, por cualquier medio, de los artículos presentados en este boletín. Si así se hiciere, se agradecerá la notificación al autor del artículo y al editor del boletín.
10 historias: Avistamientos
Carlos Alberto Iurchuk
La Plata – Argentina
Introducción
Todos los que estamos de alguna forma detrás del llamado "Fenómeno OVNI" nos enteramos constantemente de distintos episodios relacionados con este tema. La mayoría de ellos no trasciende los medios de comunicación, sino que sólo quedan como un recuerdo imborrable para los testigos. Luego, a veces con los años o décadas después de haber ocurrido, uno se entera por relato del propio testigo o de terceros. En general, no se puede profundizar demasiado, ya que muchas veces por el tiempo transcurrido, por ejemplo, no se puede precisar ni la fecha exacta del incidente. Son casos que no hay fotos o videos que lo acompañen o si dejó alguna evidencia, la misma desapareció con el tiempo. Por todo esto, la mayoría de estos relatos "mueren" en los archivos de los investigadores.
Es por eso que he decidido tomar de algunos de estos relatos que fui reuniendo en estos años para compartirlos con ustedes. Obviamente que la falta de evidencias físicas hacen que no sean "el caso perfecto" ni son la prueba contundente que los ovnis existen. Pero por lo menos a más de uno nos hace pensar que allá afuera algo está ocurriendo…
En dos de los relatos (Del Viso y José C. Paz) debo agradecer a la investigadora puertorriqueña Lucy Guzmán ya que ella fue quien me notificó originalmente de estos incidentes, posteriormente a lo cual me puse en contacto con los protagonistas.
Finalmente una aclaración importante: en todos los relatos he decidido no incluir los nombres de los testigos.
1
--/08/1957 – Del Viso (Buenos Aires) – 15:00
"A la edad de siete años (Agosto de 1957), estábamos jugando con mis tres primos, en Del Viso, en las afueras de Buenos Aires, Argentina. Cuando avistamos una nave de color grisáceo opaco, semejante a un Zeppelin, con ventanas tipo ojo de buey, como en los buques, de donde salieron 5 discos brillantes. 3 de ellos se mantuvieron estáticos, a cierta distancia del objeto mayor, mientras los otros dos hacían maniobras, siguiéndose el uno al otro, siempre en cercanía de los demás, como que estaban haciendo algún tipo de juego o maniobras. Recuerdo que eran muy veloces y precisos en sus movimientos. Y se detenían, quedando estáticos por momentos, para después continuar haciendo ángulos al cambiar direcciones a la vez que tirabuzones (en forma de espiral).
Fue muy entretenido para nosotros chicos, ver a estos dos últimos objetos, haciendo espirales en el aire, siguiéndose y descansando de a ratos, parecía que sabían que los observábamos a pesar de la altura en que estaban en plena tarde".
"La experiencia duró cerca de una hora. En ningún momento percibimos sonido alguno. El cielo estaba completamente despejado".
"Pero lo que más me impactó fue la conducta de los mayores cuando regresamos a la quinta y contamos a nuestros familiares lo visto. No sólo que no nos creyeron, sino que la tunda que recibieron mis primos fue deprimente. Se nos acusó de ser mentirosos. Por supuesto que lo que les contamos a nuestra familia fue que habíamos visto un Zeppelin con botes salvavidas y que dos de ellos jugaban entre ellos (éramos chicos y no sabíamos del tema OVNI). No entiendo del porqué se me grabó tanto la experiencia, quizás fue por el comportamiento de nuestros mayores. La verdad es que no creo que nunca obtenga respuesta a ello".
2
Verano/1965 – Bahía Blanca (Buenos Aires) – 22:00
"La primera experiencia la viví cuando era chico, 5 ó 6 años (soy clase '60), era un objeto cilíndrico, a unos 200 metros sobre un eucalipto en el fondo de mi casa (Bahía Blanca), hoy calculo 200 metros por la ubicación a donde miraba yo en aquel entonces.
Dicho objeto estuvo hora, hora y media, cambiando de colores cada 5 minutos, más o menos. Luego desapareció, eran pasadas las 22:00 horas. Recuerdo que hacía calor, así es que sería, cerca del verano.
Lo vio toda la familia y los vecinos que salieron a la calle. En total unas 10-12 familias en mi calle, más las que estaban mirando en todo el barrio.
La incógnita fue develada y todos aceptaron la explicación... era un OVNI. Al otro día se comentó el hecho y todos conformes con la respuesta, habían visto un ovni y eso era todo".
3
Verano/1969 – Mar del Plata (Buenos Aires) – 00:00
"Yo tenía 15 años (en realidad creo que 16 recién cumplidos, el 3 de noviembre), así que calculo que sería el año 1969. Estábamos paseando, mi mamá, mi hermana (un año mayor), y el que era entonces el novio de mi hermana que tenía mi misma edad. Serían las 0 horas, pero no te puedo precisar día exacto, calcula que eran las vacaciones y estábamos distendidos.
Bajamos a la arena en La Perla Norte, que si no sabes queda frente a Plaza España, más cerca de la entrada de Mar del Plata. En fin, en determinado momento, yo alcanzo a ver entre la línea del horizonte y la orilla, una punta, que en ese momento me pareció de un barco, totalmente incandescente, es decir, un rojo blanquecino, para poder expresarme, parecido como cuando calentás algo al fuego y se pone incandescente. Comentamos entonces qué sería, porque (imaginate) era solamente un triángulo saliendo del mar. Yo dije, que podría ser un barco que se estaba prendiendo fuego, a lo que me contestaron que no, porque nada en el agua se puede poner así de incandescente.
No terminamos esa conversación que ese objeto, "sale del agua" y queda suspendido a unos metros de ella. La forma era la clásica de un "plato volador", es decir como si se pusieran dos platos soperos uno encima de otro, y para definirlo, frente a mí calculo que era de unos 40 a 60 centímetros de largo, así que o estaba muy cerca, o era de dimensiones realmente grandes.
Bueno, la primera reacción de mi familia, es lanzarse a gritar cosas, eh!, estamos aquí, vengan a buscarnos, y cosa de ese tenor, mientras corríamos más cerca de la orilla. Yo fui más reservado y no tenía ganas de que se me acercara te confieso.
Luego de algunos segundos de perplejidad, ese objeto se movió de izquierda a derecha y hacia arriba, en forma violenta, es decir en apenas décimas de segundos. Allí se quedó suspendido unos segundos, hasta que volvió a repetir la maniobra pero esta vez hacia el lado contrario, luego de lo cual se elevó con movimientos de tirabuzón (no se como describirlo) y se perdió en el cielo.
Recuerdo que lo primero que pensé es que nunca había visto (y nunca más vi) algo que se moviera con tanta velocidad, te podría decir que fueron dos parpadeos de ojos. Otra de las cosa que me llamó la atención es que no sentí ruido alguno de motores o algo así, claro que siempre me quedará la duda si es que no hacia o que el ruido de las olas, del mar lo tapó.
Al final, gente que estaba paseando por la playa (un matrimonio con una nenita de unos 7 años), algunos pescadores que estaban en ambos muelles, bajaron a conversar con nosotros, y comentar es suceso. Todos estuvimos de acuerdo de que lo que habíamos visto, no era de este mundo, que era un "platillo volador", como se le solía llamar en aquel entonces.
Como corolario, al otro día compramos todos los diarios que te podés imaginar y para nuestro asombro, NADA, ni siquiera un mísero comentario".
4
--/--/1981 – Base Almirante Brown (Antártida) – Día
"Carlos::
Dos hechos transcurrieron durante el año de 1981 que se pueden catalogar de extraños, pero que no significaron más que el comentario de sobremesa. Ambos incidentes ocurrieron en la Base Almirante Brown de la Antártida.
Por abril o mayo el cocinero comenta como cosa común (?) que durante la tarde, aproximadamente las 17:00 horas, vio como un avión en total silencio (al menos él no apreció ruido alguno, estando dentro de la cocina), se aproximó al centro de la bahía, hizo un giro brusco y se retiró. La altura que se estimó fue relativamente baja de entre 100 y 300 metros en que se desplazó, y el giro de aproximadamente 45º. Para él no le sorprendió ver un avión, sí el silencio y la brusquedad de la maniobra. No se tenía noticias de algún vuelo, generalmente se avisaba de los vuelos comerciales, científicos o de cualquier otra índole.
En el verano mientras se hacían los aprestos necesarios para la partida de químicos y biólogos en el embarcadero de la base (salidas diarias en gomones 1 ó 2 según las circunstancias para las tomas de muestras principalmente de agua a diferentes profundidades), se observó la presencia de un objeto de apariencia similar a un poroto sobre la vertical de la base con movimientos tipo hoja que cae. El tiempo de permanencia no se pudo estimar pero fue de aproximadamente unos 2 a 5 minutos y lamentablemente no se tomaron fotos".
5
--/05/1993 – Misiones
"Estimado Carlos:
A modo de comentario: En la provincia de Misiones poseo un campito a 65 kilómetros al O - SO de Posadas. Al tiempo de entrar en contacto con los lugareños (bastante parcos para entablar conversación con foráneos) comenzaron a llegarme muchas (realmente muchas) narraciones acerca de avistamientos de luces que se levantaban del suelo para desaparecer en las alturas.
En una ocasión, mayo de 1993, tuve la oportunidad de avistar una por mí mismo. Estaba a unos 2.000 metros de distancia de donde yo me encontraba, su forma era esférica y de un tamaño no muy grande, de color blanco variando hacia una coloración más amarilla o más verdosa. Cuando lo divisé se hallaba a unos 10 o tal vez 15 metros del suelo, se mantuvo allí un par de minutos y luego comenzó a ascender lentamente hasta que desapareció en forma repentina. No se escuchaba ningún sonido ni se percibía vibración alguna como puede hacerse respecto de un helicóptero a esa distancia.
Al día siguiente me acerqué al lugar, donde alguna vez hubo una casilla, ahora abandonada y nadie sabe bien por qué. A unos metros de un gran níspero encontré una marca en los pastos, circular, de unos 4 metros de diámetro, bastante parecidas a las tradicionales en forma de espiral pero muy leves. Si mal no recuerdo era muy levemente más verdes que el resto. En invierno el pasto tiene un verde pálido casi amarillento y en el lugar de la huella parecía casi de otra estación del año. Quizás la poca diferencia se deba a lo "fresca" de la huella.
Cabe mencionar que un par de veces anteriores a este evento había estado allí recolectando frutos, por lo que conozco bastante bien el lugar y algo que me llamó a la atención fue la hiper - actividad de las avispas, hormigas y otros insectos comunitarios en las adyacencias del lugar.
En las conversaciones que tuve con gente de la zona, me contaron que en este lugar ya habían sucedido hechos similares en muchas ocasiones anteriores, siempre cerca del níspero. Desconozco si sea casualidad o quién sabe qué, pero remontándonos al pasado, en la época de la colonización, los misioneros y algunos aborígenes solían enterrar vasijas ó cacharros llenos de oro para esconderlos de los saqueos españoles. Vaya coincidencia que hubo gente que haciendo pozos en los sitios donde se avistaban estas luces encontraban éstos tesoros. Más adelante, visité algunos de los lugares de estos "entierros", como les llaman allí, y siempre tenían características en común, como ser la adyacencias de los árboles de níspero que mencioné antes. Los dos lugares que mejor pude revisar se encuentran uno a más o menos 3.000 metros hacia el sur del anterior en un lugar muy similar. Hay una construcción abandonada hace muchísimo tiempo, nísperos, y algunos árboles grandes. El otro lugar se halla a unos 6.000 metros del anterior, pero esta vez hacia el oeste y en la misma línea que el primero que mencioné. Esta vez se trata de un lugar dentro de un monte de baja altura y a unos 100 metros de un arroyo. Tanto en este último como en el segundo lugar hubo quien hizo excavaciones y la gente que me guió asegura que en el último lugar se había visto varias veces "una figura de aspecto fantasmal", con silueta de mujer y que despedía una luminiscencia propia. Ya no sé qué o a quién creer, pero el hecho es que allí encontraron una de esas vasijas del "final del arco iris", con todo y su precioso contenido. Por cierto que la gente es renuente a visitar estos lugares, demostrando un indisimulado miedo a algo que desconocen o que tal vez conocen y tengan sus buenos motivos para temer".
6
--/--/1996 – José C. Paz (Buenos Aires) – 14:00
"Lo del ovni pasó hace unos diez años y más de lo que comenté no hay. Conducía por la ruta 197 (hoy 24) de J. C. Paz hacia Moreno, era pasado el mediodía y de pronto se apareció un objeto volador (era como dos platos unidos, como los platos voladores) se puso enfrente del auto, cerquita. Era metálico y reflejaba el sol. Tenía como luces o ventanitas que brillaban, oscilaba de izquierda a derecha rápido y después de unas cuantas veces se fue hacia la derecha muy rápido. Eso fue todo. Aunque en Resistencia, Chaco, vi una luz de muchos colores cuando era chiquito y en Colonia Fram, Paraguay, también vi una luz tipo de las que le dicen orbs u orbes. Me pareció aquella vez que era como que venía a observarnos y después se fue. Yo estaba con mi tío en el campo y cuando le pregunté por esa luz me contestó que cada tanto venía, contestándome como si fuera algo natural".
7
--/11/1996 – Villa Mugueta (Santa Fe) – 22:30
"Yo vivo en el centro de Villa Mugueta y mi casa tiene un patio. A veces para tener tranquilidad y pensar un poco salgo a ver las estrellas. Un sábado por la noche a eso de las 22:30, 22:50, no recuerdo bien, se escuchaba la música de un festival folklórico que se desarrollaba en el gimnasio cubierto del Club Hertz, apoyo mi espalda sobre una pared y me pongo a mirar el cielo hacia el oeste. Veo, me sorprendo, miro mejor y veo a 150, 200 metros de altura más que eso no era, algo, una nave, no sé, un cilindro muy grande con dos cilindros a los costados iba a una velocidad que creo que no pasaban los 60, 70 kilómetros, sin ningún tipo de ruido. Muy alto no estaba porque se reflejaban en ella las luces del pueblo. Realmente hermosa, cruzo por arriba de donde estaba y salí corriendo hacia la calle para no perderla. No me dio tiempo de ver donde puse los largavistas y no había nadie por la concentración de gente en el festival. El color era metálico pero no tenía color propio, sino reflejos. Antes había visto otras cosas pero nunca algo tan cerca. Realmente me sorprendió mucho.
Fecha, era verano, del año 1996, noviembre. Y si podés usarlo tranquilo, más detalles no tengo, como te conté es como pasó..., y sí justamente me asombro el volumen y la forma del aparato, parecía grande, pero nunca pensé que podía pasar a esa altura y con tanto silencio salvo ese pequeño silbido suave".
8
Fi/02/1997 – Villa Gesell (Buenos Aires) – 18:00
"El avistamiento fue en febrero de 1997, en la ciudad balnearia de Villa Gesell. Era un día nublado pero no recuerdo el horario exacto. Salí al balcón de el edificio donde estaba, desde el cual podía verse el mar (estaba en un tercer piso) cuando vi algo en el cielo que me llamó la atención. Un objeto acercándose en línea recta desde mar adentro hacia la costa, a una gran altura, y a una lentísima velocidad. El objeto no emitía luz alguna y al principio no podía definir su forma, pero al acercarse (repito, muy lentamente) se pudo ver que parecía lo que yo llamo un "rombo acostado" (imagínese el signo de los diamantes en la baraja francesa, pero girado 90º).
Todo el avistamiento habrá durado aproximadamente 1 hora, desde que apareció mar adentro hasta que desapareció, prácticamente sobre la línea de la costa. Durante esta hora, el objeto cambió su color desde negro hasta rojo, pasando por verde y azul. Este cambio de color fue completamente paulatino y lento.
El objeto desapareció elevándose entre las nubes que cubrían totalmente el cielo. Se elevó aproximadamente con la misma lentitud con que venía avanzando.
No escuché ningún tipo de sonido proveniente del objeto (lo cual creo yo que no es evidencia suficiente ya que me encontraba en un 3er piso y a 200 ó 250 metros de la línea de la costa).
Con respecto al tamaño del objeto, le calculo unos 10 a 20 metros de diámetro y unos 5 metros de alto aproximadamente.
No pude documentar este avistamiento, ya que mi cámara no tenía rollo, y preferí presenciarlo en su totalidad a salir y comprar un rollo, y al volver encontrarme con que se había ido.
Creo que hay muy pocas posibilidades de que alguien lo haya visto (además de mi padre, que estaba conmigo), teniendo en cuenta la hora (el evento fue entre las 18:00 y las 19:00) y el clima (te recuerdo que era un día totalmente nublado y ventoso)".
9
23/12/2000 – Concepción del Uruguay (Entre Ríos) – 19:55
"Mi esposa y yo tenemos 28 años, y una niña de 3. Somos de Capital Federal, pero yo tengo a parte de mi familia materna en Concepción del Uruguay, Entre Ríos.
El viernes 22 de diciembre de 2000 a las tres de la tarde partimos hacia Concepción para pasar la Navidad con mi familia. El sábado 23, a las ocho menos cuarto de la noche salimos de Concepción hacia Caseros, donde vive otro de mis tíos para cenar con él. Caseros es un pequeño pueblo que se encuentra a 25 kilómetros de Concepción del Uruguay.
Hacia la mitad del camino, mi mujer me llama la atención acerca de un rectángulo blanco que estaba suspendido en el aire a unos tres (?) kilómetros de distancia hacia el sudoeste, serían las 19:55 aproximadamente. Lo que vimos era una forma alargada, y fina, como un cigarrillo, color blanco. Estaba más iluminado que los árboles y campos que tenía alrededor y a pesar que el reflejo del sol le daba de atrás la parte que veíamos nosotros no estaba sombreada. No emitía luces sino que parecía tener luz propia, pero una luz opaca.
Estuvo suspendido en el aire durante unos cuatro minutos, con una inclinación de aproximadamente treinta grados. Lugo de eso, en aproximadamente dos segundos, retrocedió hacia atrás y desapareció. Calculo que se desplazó muy velozmente porque parecía bastante grande visto desde la ruta y claramente se desplazó hacia el sudoeste al retirarse en esos dos segundos. Mientras se desplazaba hacia atrás se tornó grisáceo, plateado.
Bueno, no tengo mucho más que agregar, eso fue todo lo que vimos".
10
Semana Santa/2003 – Costa Bonita (Buenos Aires) – 00:30
"Estimado Carlos.
(…) Conozco varias personas que me han relatado avistamientos pero ninguna con evidencia fílmica. La más impactante es la vivida por un grupo de personas en la localidad balnearia de Costa Bonita hace 2 años en plena temporada veraniega (Costa Bonita es una pequeña localidad que se encuentra a 10 kilómetros al norte de Quequén, en Necochea, provincia de Buenos Aires).
La testigo es casera de un edificio que está frente a mi lugar de trabajo. Ella, su marido e hijos fueron algunos de los presentes esa noche. Su experiencia ocurrió en Semana Santa de 2003 alrededor de las 00:30 horas de una noche de cielo límpido pero muy oscuro, sin luna. Pudieron ver, según me relata, una intensa luz de gran tamaño y suspendida sobre el agua durante varios minutos y de la cual salían destellos de otros tonos. El objeto era de un tamaño de 4 veces el tamaño de una estrella, estaba sobre el mar pero no muy elevado del horizonte y la testigo no puede precisar una forma determinada ya que la visión consistía en un conjunto de luces de varios colores cambiantes y destellantes hacia arriba, hacia abajo y a ambos lados. Prevalecían tonos verdes, rojos, naranjas y violáceos, y si hay que asignarle una forma se asemejaría a un óvalo por la disposición de las luces y sus destellos eran muy intensos lo que dificultó el determinar una forma del objeto.
Se mantuvo en el mismo lugar por 20 minutos y la mujer pudo observarlo con un largavistas junto a las demás personas hasta que estas luces se apagaron repentinamente y dejaron e verse. En ningún momento manifestó movimiento alguno.
También me contó que en la zona hace más de 25 años sus hijos también tuvieron otra experiencia siendo niños con una especie de nave que parecía seguirlos pero sus recuerdos son muy vagos".
OVNIS: Alto Secreto
Scott Corrales
Bradford – Estados Unidos
A fines de 1992, un observador profesional de la revista Jane’s Defence Weekly afirmó haber visto el primer avión supersecreto Aurora de la fuerza aérea estadounidense (USAF, por sus siglas en inglés) desde una plataforma petrolera en el Mar del Norte. El nuevo reactor, según el experto, era capaz de superar seis veces la velocidad del sonido (Mach 6). En un mundo en el que hasta los secretos más celosamente guardados, como éste, se dan a conocer, ¿cómo sería posible mantener en reserva un secreto de tal magnitud como el estrellamiento de un objeto supuestamente oriundo de otro planeta?
De acuerdo con los entendidos en casos de estrellamientos y recuperaciones de ovnis (crash retrievals, en inglés) que han venido sucediendo desde mediados del siglo pasado, comenzando con el célebre caso Roswell, dichas intervenciones han sido posibilitadas por las labores secretas y veloces de un grupo especializado y altamente dotado que opera dentro de la Fuerza Aérea a sabiendas y con la colaboración de otros ramos de los servicios militares. Los especialistas que forman parte de este grupo casi siempre se presentan al lugar de los hechos en grupos de tres, vistiendo boinas militares de color azul.
Los hombres de la boina azul
La presencia de estos militares ha estado asociada con varios operativos secretos del ejercito norteamericano cuya existencia trascendió al público a fines de la década de los ‘80: Moondust, Bluefly y UFO – proyectos guiados por la cúpula de la Fuerza Aérea con el objetivo de recuperar, a como diese lugar, cualquier artefacto proveniente del espacio exterior – ya fuese de hechura humana o extraterrestre – que se estrellase en los Estados Unidos o en cualquier otra parte del planeta. Si la recuperación del objeto caído se hacía difícil por las circunstancias o por sus dimensiones, el personal de inteligencia estaba bajo órdenes de estudiar el aparato o restos a pie de obra y entregar sus hallazgos al alto mando con la mayor brevedad. Dicho cuartel general estaba ubicado en el fuerte Belvoir, conocido como el "Destacamento 4, 696 Grupo de Inteligencia Aérea".
Con el paso del tiempo y las distintas reestructuraciones de los servicios de inteligencia, la responsabilidad por dichos esfuerzos recayó sobre la Defense Intelligence Agency o DIA, pero se llegó a creer en la década de los ’90 que los objetivos de las misiones de Bluefly y afines ya no se circunscribían a la recuperación de chatarra espacial u otros objetos caídos de lo alto – los "boinas azules" representaban la faceta más visible de todo un servicio militar encargado de escamotear cualquier prueba física del fenómeno ovni. Otra faceta de este servicio estaría representada por los elementos del grupo denominado "Delta" (nombre que no guarda relación alguna con el mando antiterrorista creado durante la presidencia de Jimmy Carter) y que está encargado de los enigmáticos helicópteros negros que han plagado los cielos norteamericanos desde la década de los ’70.
El autor George C. Andrews, cuyos libros han tratado de sacar a la luz pública los manejos de estos grupos de alto secreto, cuenta en su obra Extraterrestrials Among Us (Minneapolis: Llewellyn Worldwide, 1987) que uno de estos aparatos oscuros tocó tierra en las grises arenas de una playa del estado de Nueva Jersey, en plena vista de la gran urbe neoyorquina. En 1974, una avería a bordo de uno de los helicópteros lo obligó a aterrizar; soldados vestidos en uniformes negros, portando fusiles M-16, formaron un perímetro a su alrededor. Los elementos de "Delta", según trascendió, estaban en vías de transportar un cargamento de gran importancia desde Long Island hasta Nueva Jersey (posiblemente al depósito de municiones Earle, donde la Marina guarda las ojivas nucleares de la flota atlántica) cuando se produjo un desperfecto del sistema hidráulico. El inevitable enfrentamiento con las fuerzas el orden público seguramente hubiese culminado en una batalla entre policías estatales y los soldados, pero la situación no trascendió a peores.
En la actualidad existe una controversia que – según Andrews – vincula a los de "Delta" con el narcotráfico y los experimentos de guerra quimiobacteriológica sobre grandes centros urbanos en el oeste norteamericano. Una carta anónima remitida al periódico Up the Creek en la ciudad de Denver informaba que los helicópteros negros emitían "mezclas débiles de cianuro y dioxina" para comprobar el efecto que surtían estas sustancias sobre la población. Aunque no existe forma de comprobar semejante alegato, los expedientes sobre una variedad de pruebas arriesgadas que salieron a la luz pública durante el régimen de Clinton sugieren que puede tratarse de una posibilidad, y como antecedentes existen las liberaciones deliberadas de productos bacteriológicos en el subterráneo de Nueva York en la década de los ’50.
Durante la oleada de avistamientos OVNI de 1988 en la región del estado de Pennsylvania bañada por las aguas del lago Erie, cinco testigos dijeron haber presenciado las maniobras de un helicóptero negro sin ventanas, que emitía un sonido más parecido al de una avioneta que un helicóptero. Al pasar sobre el hogar de los testigos, el aparato causó interferencia con el televisor. Lo curioso de este caso es que el encuentro con el helicóptero desconocido se produjo cinco días después de que los guardacostas observaran las maniobras de un ovni policromático que acabó por posarse sobre la superficie helada del lago en marzo del año en cuestión.
El pentálogo del polvillo lunar
Uno de los documentos que marca las pautas del proyecto Moondust establece un pentálogo sobre los objetivos que han de tener los "boinas azules" en la realización de sus pesquisas:
Realizar observaciones previas al impacto, establecer la dirección de la trayectoria y la cantidad de objetos observados, establecer la hora en que se produjo el impacto, determinar las características de la zona de impacto y las circunstancias de la recuperación del activo;
Descripción de cualquier herida o daño causado por el objeto; suministrar detalles al máximo grado posible, pero evitando reclamos producidos por la estimulación del sujeto, especialmente reclamos triviales o pueriles;
Obtener descripciones de cualquier marca o letra de identificación;
Obtener descripciones detalladas de la naturaleza física y condiciones del objeto, incluyendo dimensiones efectivas o estimadas, peso, material de elaboración, etc.;
De resultar posible, tomar fotos del objeto desde perspectivas distintas usando una regla o caja de cigarrillos para establecer referencias de tamaño.
El pentálogo para el recuperador de OVNIS, por darle nombre, figuraba en una serie de documentos producidos por el Departamento de Estado y enviados a las distintas embajadas y oficinas consulares de los Estados Unidos en otros países. Estos documentos fueron obtenidos por el sargento Clifford Stone después de años de investigaciones y solicitudes al gobierno bajo la ley de libertad de información (FOIA), logrando establecer que el gobierno estadounidense tenía – desde la década de los ’60 – un protocolo bien establecido sobre la recuperación de cualquier objeto proveniente del espacio exterior, ya fuese de manufactura humana o no.
Otro documento se refiere específicamente a la composición del "personal del equipo de inteligencia", es decir, los militares de boina azul que formaban los proyectos Moondust, Bluefly, UFO "y otros proyectos de reacción rápida bajo la dirección de AFCIN" (el mando central de inteligencia de la Fuerza Aérea). Los equipos de inteligencia – reza el memorando – debían consistir de tres hombres, a incluir un experto en lingüística, un técnico de inteligencia, y un jefe de operaciones, todos ellos con certificación de aerotransporte y con capacitación cruzada en las destrezas de cada elemento del equipo, para asegurar la funcionalidad del grupo "a pesar de las bajas que puedan producirse durante el empleo".
Resulta curioso que a pesar de que los documentos obtenidos de parte del gobierno por Clifford Stone, los funcionarios encargados de las actividades en el fuerte Belvoir nieguen rotundamente la existencia de "cualquier organización encargada de los OVNIS ni cualquier información sobre el incidente de Roswell. Además, no existe ningún proyecto Moondust ni operación Bluefly. Esas misiones jamás existieron" (declaración hecha por el teniente coronel John Madison, División de Indagaciones del Congreso). Esta rotunda negación puede estar fundamentada en el hecho de que – según una carta fechada el 1º de julio de 1987 y firmada por el coronel Philip Thompson – la designación Moon Dust ha caducado oficialmente y ha sido reemplazada por otra "cuyo nombre no puede divulgarse en este momento".
"Si te digo lo que es, jamás lo creerías"
Los "boinas azules" se han mantenido activos desde el estrellamiento ovni de Kecksburg en 1965. En 1974, un objeto circular de setenta pies de diámetro supuestamente se estrelló en las cercanías de Chilili, estado de Nuevo México. Una columna de "boinas azules" se desprendió desde la base aérea Kirtland para desmantelar el objeto, mismo que fue trasladado inmediatamente a la base. En 1983 volvieron a aparecer en Gallup, Nuevo México, tras el estrellamiento de un "objeto de color verde".
La explicación oficial ofrecida en este caso fue que se trataba de un meteorito o de fragmentos de la sonda soviética Cosmos 1402 durante su reingreso a la atmósfera terrestre. En 1985, el investigador Tom Adams, autor de una serie de boletines y cuadernos sobre la presencia OVNI en el suroeste de EEUU, pudo entrevistar a un policía militar acuartelado en el fuerte Carson de Colorado, y que había formado parte del grupo de seguridad que prestaba ayuda a los "boinas azules".
El entrevistado, identificado tan solo como "Jeff", dijo haber visto un objeto con forma discoidal en el fondo de una enorme zanja al pie de una montaña. El policía militar, extrañado, le preguntó a uno de los "boinas azules" si se trataba de un artefacto espacial ruso.
"Ojalá y lo fuera", repuso el hombre. "Si te digo lo que es, jamás lo creerías. Nos envían de una parte del país al otro todo el tiempo para investigar situaciones parecidas".
"Jeff" y los otros policías militares del fuerte Carson que habían acompañado a los "boinas azules" recibieron órdenes escritas indicando que estaba prohibido hablar sobre lo que habían visto so pena de consejo de guerra. A las 72 horas de haber concluido la misión, todos los que habían tomado parte en ella fueron destacados a otras bases.
Otro informe de Adams, The Choppers... and the Choppers (Paris, Tx: Stigmata, 1990) incluye el caso de "Tony", piloto de helicópteros en la base Hood del estado de Texas. En la navidad de 1980, "Tony" y otros pilotos recibieron la orden de acudir a un sitio determinado para vigilar "un avión experimental" hasta que cierto grupo especializado pudiese personarse al lugar de los hechos. "Se trataba", dijo "Tony", "del diamante más grande que había visto en toda mi vida. Lo perseguimos por cinco o diez millas mientras que largaba chispas que llegaban a tocar la tierra".
Abruptamente, los pilotos recibieron la orden de retirarse: el maravilloso diamante cobró altura y comenzó a alejarse. Los veintitrés helicópteros provenientes de otras bases aparte de Fort Hood regresaron a sus bases. Es de suponer que si el objeto se hubiese estrellado, los "boinas azules" habrían asegurado la zona para recuperar el objeto. Al igual que en el caso de "Jeff", todos los pilotos fueron trasladados a otras instalaciones militares. "Tony" fue a parar en Alemania.
Es muy probable que este incidente esté relacionado con el caso Cash-Landrum, sucedido a fines de 1980, en el que las emanaciones radiactivas de un objeto cuya descripción es casi idéntica afectaron a las señoras Betty Cash y Vicki Landrum, que estaban en la carretera cuando tuvieron el objeto no identificado frente a frente. El aparato consiguió remontar e iba escoltado por 23 helicópteros negros, como en el caso descrito por "Tony".
Las actividades de los "boinas azules" no están circunscritas a los EEUU, como se dijo anteriormente. Los elementos de este proyecto han estado presentes en distintas partes del mundo durante situaciones parecidas, muchas veces antes de que los gobiernos de los países implicados pudiesen reaccionar: en 1967, cuando un objeto de tres toneladas de peso y con forma de cubo fue hallado en Kutúm, en la república africana de Sudán, elementos de Moondust se personaron para la investigación. El 25 de marzo de 1968, según los documentos obtenidos bajo FOIA por el sargento Stone, cuatro objetos cayeron en una región del Nepal. La embajada estadounidense en Katmandú envió un mensaje en clave para alertar al 1127º Grupo de Actividades de Campo de la USAF en el fuerte Belvoir que podrían contar "con la plena colaboración del gobierno nepalés" en sus pesquisas. Aunque gran parte del mensaje ha sido eliminado, se entiende por el texto de que los objetos fueron enviados a EEUU y que eran de procedencia netamente terrestre. A comienzos de los ’70 estuvieron en Vietnam, donde rescataron un bombardero B-52 que supuestamente había sido derribado por un OVNI; en 1978 se personaron en las estepas canadienses tras el estrellamiento del satélite nuclear soviético Cosmos 956. Los fondos para costear sus operaciones no aparecen en ninguna de las partidas presupuestarias del gobierno federal, claro está, al igual que sucede con los fondos destinados para el desarrollo de superaviones como el Aurora. Los rescatadores de OVNIS obtienen sus fondos del celebérrimo "presupuesto negro" (black budget, en inglés) cuyo monto supuestamente asciende a $16 billones USD, libres de la fiscalización del Congreso estadounidense.
Conclusión
¿Y qué ha sido de los ovnis supuestamente recobrados por estos servicios militares? Desde 1990 se rumora que vienen formando parte de una colección de al menos nueve vehículos localizados en la base Groom Lake del estado de Nevada, y que el estudio de su tecnología avanzada ha permitido que EEUU desarrolle su propio platillo volador y a las mejoras en las nuevas generaciones de aviones espía (los proyectos Senior Citizen, TR-3B, etc.). Naturalmente, las autoridades niegan todo esto.
Los "boinas azules" constituyeron el cuerpo de seguridad de Groom Lake hasta su reemplazo por guardias privados de especialidad con autorización para hacer uso de fuerza mortal contra cualquier insensato que se atreva a franquear al perímetro de la base sin la autorización correspondiente.
Cierto o falso, el hecho es que hay un grupo secreto de profesionales encargados de la apropiación de ingenios aeroespaciales que caen en cualquier lugar donde sea posible recuperarlos lo antes posible y a cualquier costo. Puesto que la desaparición de la Unión Soviética ha reducido la actividad espacial rusa en cierto grado, es muy posible que cualquier aparato recuperado de ahora en adelante pueda ser – con marcadas excepciones – de origen extraplanetario.